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Gobierno de Pedro Fernández de Castro, el Conde de Lemos (1667-1672)
- Fue un virrey muy religioso. Ordenó «que todos se arrodillasen en las calles al anunciar la campana de la Catedral que se alzaba el Santísimo en la Misa Mayor».
- Dio una ordenanza que eliminaba la mita minera.
- En 1667, tuvo que viajar a Puno y le encargó el gobierno a su esposa Ana Francisco de Borja (la Virreina).
- Derrotó la rebelión de José Salcedo en Laicacota (Puno) en 1668. Ahorcó a 42 de sus seguidores.
- Destruyó Laicacota y fundó la ciudad de San Carlos de Puno en 1668.
- Celebró a los grande la beatificación (1668) y la canonización (1671) de Isabel Flores de Oliva (Santa Rosa de Lima).
- Los betlemitas fundaron el Hospital Nuestra Señora del Carmen, donde hoy está el cuartel Barbones (Lima).
Biografía
Pedro Fernández de Castro Andrade y Portugal, Nacio en Monforte de Lemos, 1632; falleción en Lima el 6 de diciembre de 1672.
Fue el X conde de Lemos, VII marqués de Sarria, VIII conde de Andrade, IX conde de Villalba, III duque de Taurisano y XIX virrey del Perú de 1667 a 1672. Administrador y político español nacido en Monforte de Lemos en 1632, fue educado para la guerra, siendo favorito de la corte cuando el rey Carlos II lo nombró virrey de Perú en 1666. Era hijo de Francisco Fernández de Castro Andrade y Portugal, IX conde de Lemos, y de Antonia Téllez-Girón, hija del III duque de Osuna.
El 9 de noviembre de 1667 llegó al puerto del Callao e hizo su entrada en Lima tomando posesión de su cargo el 21 de noviembre como nuevo virrey del Perú. Fue famoso en ese período al ser justiciero e inflexible, se preocupó por la pureza de prácticas religiosas. Dio impulso a la construcción de edificaciones en Lima, y fundó algunas instituciones públicas en Lima, como un hospital para indios convalecientes y un hospicio para mujeres arrepentidas: la Casa de las Amparadas.
Su fe católica
Fernández de Castro fue un católico muy devoto y cercano a los Jesuitas, uno de los cuales, el venerable Francisco del Castillo fue su padre confesor. Ayudó no solo económicamente, sino que laboró durante la construcción de la Iglesia de Los Desamparados, cerca al puente en el río Rímac, en Lima. También colaboró en la fundación de la Casa de Amparadas para prostitutas arrepentidas colaborando con el padre Francisco del Castillo.
El conde y su esposa, la condesa Ana Francisca de Borja y Doria, también fueron importantes auspiciadores de la canonización de santa Rosa de Lima, tanto en la Corte en España y por esa intermediación a la Santa Sede. El 12 de febrero de 1668 Rosa fue beatificada, con una celebración oficial que se llevó a cabo el 15 de abril de ese año en la Basílica de San Pedro, la comunicación oficial llegó a Lima el 18 de enero de 1669. El conde y la condesa recibieron, el 15 de junio de 1670, en el puerto de Callao la escultura de la Beata y posteriormente Santa Rosa de Lima enviada desde la Ciudad del Vaticano obra del escultor Melchor Caffa. Con ocasión de su beatificación, su féretro de madera fue reemplazado por uno de plata, costeado por la condesa. Por requerimiento de la regente española Mariana de Austria, el 11 de agosto de 1670 Rosa fue nombrada Patrona de las posesiones españolas en América y Filipinas. Fue canonizada el 12 de abril de 1671 por el papa Clemente X. Rosa fue la primera nacida en América en ser consagrada como santa católica.
Durante su gobierno se produjo un hecho prodigioso al intentar borrar la imagen del Señor de los Milagros, por lo cual mandó edificar una ermita, además encargó a Manuel de Escobar y Fray Diego Maroto el refuerzo de las bases del mural y lo subió a una altura mayor. El 14 de septiembre de 1671 se ofició la primera misa ante las altas autoridades eclesiásticas y civiles, fecha que coincide con el día de La Exaltación de la Cruz, comenzándose a difundir el culto y a llegar de diferentes lugares numerosos fieles, comenzándolo a llamar al crucificado Santo Cristo de los Milagros, o de Las Maravillas.
Muerte
Falleció en Lima, el 6 de diciembre de 1672. Su cuerpo fue sepultado en la Iglesia de Nuestra Señora de Desamparados siendo su corazón depositado a los pies de la imagen de Nuestra Señora de los Desamparados, en la Iglesia que ayudó a construir. Cuando la antigua Iglesia de Nuestra Señora de los Desamparados, detrás de Palacio de Gobierno, fuera demolida en 1938 el corazón del conde de Lemos fue llevado a la Iglesia de San Pedro y puesto en un nicho entre los altares de San Francisco de Borja y San Luis Gonzaga. El resto de su cuerpo fue trasladado a su ciudad natal.